Una mirada femenina sobre una mujer importante.
LA AUDACIA DE SER: María Eva Duarte de Perón.
Graciela Garza *
Especial para www.lasvarillasvive.com.ar Córdoba 25 de julio de 2007
¿Qué diferencia existe entre continente y contenido?
Sirve la comparación para pensar que a continente diferente (hombre - mujer), el contenido puede no serlo. Esto si se apunta a valores universales, trascendentes o al logro de metas.
Menos aún, si pensamos en términos de utopía, porque ellas, son esos interrogantes interiores que hacen caminar en pos de un ideal para si o para otros.
Pero... realmente si nos reconocemos como seres sociales, porque eso somos, nunca nada es para uno solamente. Se justifica esta idea si cada uno se reconoce siempre siendo esencia y existencia en el juego con el otro.
Por esto, vale la pena preguntarse, si en este tiempo que nos toca vivir, con necesidad de urgentes cambios es adecuada y útil la controversia hombre – mujer.
Toda construcción, en cualquier época, necesita de ligazones y no de separaciones.
Siempre todos navegamos una ola de transformaciones y nuevas significaciones para encontrarle sentido a lo cotidiano en el hacer y el pensar. Buscamos aguzar el ingenio con el objetivo de alcanzar, desde acciones personales y de conjunto, aquello que nos mejore la calidad de vida.
En cada tiempo y lugar, aparecen siempre emergentes de la acción diaria. Porque dedican su vida para otros al visualizar lo que para el resto no es visible.
Bueno es preguntarnos, qué características poseen/ poseyeron para mirar en prospectiva adelantando los tiempos.
Si tomamos el ejemplo de Eva Duarte de Perón, una de los figuras femeninas que más páginas ha ocupado en los escritos del nuestro país y, pensamos en las características de las mujeres de su época, posiblemente encontremos sentido al título de esta nota.
La mayoría de las mujeres que compartieron sus tiempos, estaban recluidas en el hogar, subordinadas a la autoridad del varón más importante, con el matrimonio como opción casi única, trabajo y/o estudio eran cuestiones para escasas personas, con un alto grado de preocupación por “el que dirán” como reflejo de una sociedad que estigmatizaba las realizaciones personales, entre algunas de las más importantes.
Ir contra todo ese conjunto de normas preestablecidas significaba el escarnio o la gloria, según cada quien relate. Pero… específicamente sobre quien se pretende realizar un humilde análisis, se podría decir que tuvo LA AUDACIA DE SER:
- Solidaria, si pensamos que su preocupación que convirtió en ocupación, fue la lucha diaria por los que menos tenían.
- Comprometida con sus ideas, ideales y deseos, para construir una sociedad donde la equidad y la justicia fueran moneda corriente.
- Sensible a los problemas de quienes necesitaban de alguien que viera la miseria, no solo material sino también de dignidad en la que vivían.
- Generosa pues, pudiendo elegir una vida más cómoda, por la situación que había conseguido (el matrimonio), dedicó sus fuerzas y energías al trabajo por y para los otros.
- Conductora porque supo entender y movilizar, esto sin cuestiones valorativas, a gran cantidad de personas hacia la aspiración de una vida mejor.
- Valiente porque, aún sabiendo que podía esperarle el escarnio y la burla, desafió a una sociedad que imponía condiciones sin atender las posibles necesidades del otro.
- Diferente porque rompió los esquemas, que consideró necesario romper para instalar una nueva forma de mirar la posibilidad de encarar la vida de todos los días.
- Humilde, desde sus actitudes pues, compartió y dio todo lo que podía a favor de la causa que consideraba justa para su gente.
Pueden decirse muchas cosas a favor, muchas más en contra. Lo que considero, desde mi análisis- equivocado o no, es que no puede obviarse que marcó un rumbo definitivo en nuestro país para la inserción de la mujer en la vida activa del pueblo.
Guido Mizrahi tiene 39 años y es master en Filosofía de la Universidad de París IV- Sorbonne y pronostica un S XXI femenino cuando expresa textual mente:
“Va a ser femenino porque vamos a terminar con esta división de dos atribuciones muy separadas: hombre/ mujer. El hombre va a integrar lo que rechazaba dentro de sí: su aspecto femenino. Eso le va a dar una vida más conectada con sus sentimientos. Y la mujer ya está integrando y activando sus atributos masculinos que son muy saludables para su vida.
Históricamente, a esos atributos se los colocó en el género hombre pero no son propiedad del varón. Se van a ir borrando estas grandes separaciones que más que unir, dividen.
En el siglo XX emerge la conciencia de lo femenino, esto marca una madurez de la humanidad”.
Volviendo para cerrar, al título de esta nota, María Eva Duarte de Perón adelantó una época porque tuvo LA AUDACIA DE SER mujer comprometida con la sociedad de su tiempo.
*Graciela Garza. Profesora de Historia.