Este artículo fue publicado con algunas variantes el 1997 en la Revista Presencia de Mujer, de la ciudad de Las Varillas-Pcia. De Córdoba.
En esta sociedad, globalizada y en muchos aspectos anárquica, de comienzos de siglo, con rasgos de posmodernidad conviviendo con los de la modernidad es imprescindible saber acerca de los requerimientos que afectan lo individual y lo organizacional. La meta es lograr un trabajo eficiente que tienda a la eficacia.
Es imperioso, a pesar de los problemas, agudizar el ingenio y el esfuerzo para elevar cualitativamente nuestras posibilidades. Por ello, es necesario adecuar nuestro pensamiento y acción en pos de lograr una construcción de una imagen laboral que convenza, así se torna importante manejar tres tipos de habilidades:
- Habilidad conceptual: porque permite tener una visión estratégica superior para responder con equilibrio a los efectos de compatibilizar los intereses y objetivos de la organización donde uno se inserte.
- Habilidad técnica: que permite conocer el método y las formas recomendadas para así poder gerenciar los diferentes sub.-sistemas que existen en el ambiente laboral.
- Habilidad humanística: apoyada en destrezas para comunicarse eficientemente como miembro de un grupo, pero… sabiendo conciliarlos con los intereses de los demás.
Así establecidas las prioridades y siguiendo el esquema de Likert, se deberá aspirar a integrar una organización con administración de “sistema participativo consultivo”, donde los sub.-sistemas sepan que trabajarán en un clima de confianza, con algunas recompensas y con cierto grado de interacción, pues desde la base de la organización se pueden tomar algunas decisiones.
Caminando esta manera gradual de administrar y, en base a los resultados obtenidos desde una planificación inteligente por resultados, se llegará a un “sistema participativo de grupo”, donde los individuos con plena confianza, ideas constructivas, actitudes positivas y estrecha vinculación grupal, sentirán que son responsables de la organización. Así, se logra lo que comúnmente se conoce como trabajar todos con la misma camiseta.
Administrar y gestionar recursos humanos, el gran desafío de nuestro tiempo, significa aumentar, no solo los resultados positivos de la organización, sino también permitir el logro de las aspiraciones de cada uno de sus integrantes. Este “contrato psicológico”, entre individuos y organización atiende y entiende las expectativas de ambos, influye en el comportamiento de las partes y le evita problemas a ambos.
El ser humano, es capaz de asimilar nuevas motivaciones de acuerdo a su buena o mala experiencia organizacional y de las motivaciones individuales compartidas según las instituciones/ empresas que detienen la energía negativa para generar un proceso nuevo, más democrático y participativo.
* Lic. Graciela Garza.